Luego de dos largos meses tras abandonar el país, Andres Clúa ha estado explorando las maravillas de País Vasco.
Si hay algo que caracteriza a esta región es el hermoso color verde de sus bosques, y más aún el del Bosque Pintado de Oma.
Este es una de las obras más conocidas del artista vasco Agustín Ibarrola. Es una fuerte expresión del llamado “land art”, corriente creativa que surge a finales de los años sesenta del siglo XX y que tiene como finalidad trasladar el trabajo artístico a la naturaleza, utilizando el paisaje como marco, soporte y materia prima para el artista.
La magia del lugar consiste en la perspectiva. Dependiendo de dónde uno se pare, verá un dibujo diferente formado por las pinturas en los troncos. El color y las formas geométricas son claves en esta obra.
Fotos: Mercedes Lorenzo & Andrés Clúa
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